Resucita mi aliento, navego en mi inmensa cabeza... me encuentro con tantos fantasmas, tantas almas perdidas, tantas 
telarañas en las esquinas. El reloj deja correr su melodía siniestra, otra sonrisa se posa en mi rostro, tomo entonces mi sombra de cristal y lo arrojo al suelo.
telarañas en las esquinas. El reloj deja correr su melodía siniestra, otra sonrisa se posa en mi rostro, tomo entonces mi sombra de cristal y lo arrojo al suelo.La melodía de siempre, la rutina concurrente, la misma nube que moja mi silueta, la misma luz que se larga cuando paso.
Resucita mi silencio, golpeo paredes de donde se escapa cada sueño... me encuentro con tanto frío, tanta niebla, tanto polvo bajo mis pies. La doncella del castillo decidió no ser más la victima. La criada de la familia, decidió no atormentarse más. La chica con lágrimas negras decidió dejar de llorar., la actriz de esta obra de teatro, procedió a quitarse la máscara.
¿Es entonces la hora de desnudar mi piel, y mostrarme solo con mis tejidos?
Cuando voy a aterrizar la respuesta, me envuelve la melodía de siempre, la rutina concurrente, la misma nube que moja mi silueta, la misma luz que se larga cuando paso.
Greta|2010
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